Dos coreanos que participaban bajo la bandera de Japón, se hicieron con los dos primeros puestos y lucharon por conseguir el casco de la batalla de Marathon.
DOS ATLETAS COREANOS LUCHAN POR EL CASCO DE MARATHON
Si hay una prueba propensa a ofrecer curiosidades, esta es sin lugar a dudas la Marathon, posiblemente por lo mítica de la misma, por lo agónica, ó porque en su duración pueden darse miles de circunstancias.
Berlín no podía ser una excepción. Los protagonistas fueron dos coreanos que solamente podían participar bajo la bandera de Japón, al ser Corea un protectorado nipón desde 1905.
El vencedor de la prueba fue Sohn Kee Chung, nacido en Pyonggyang que participó con su nombre japonés de Kitel Son y que con su marca de 2h29:19:2, batió el récord olímpico, batiendo al británico Ernest Harper (2:31:23:2) y a su compatriota el también coreano Shoryu Man (2h31:42:0)
Este coreano, fue un ganador nato, ya que en el período 1933-1936 se había proclamado vencedor en diez de las 12 carreras disputadas en esta distancia.
Como se puede imaginar esta victoria, fue muy mal digerida por los dirigentes japoneses, que además tuvieron que ser expectadores de que en el podio de vencedores, ambos coreanos asistieron a la izada de la bandera de Japón, con la cabeza gacha en señal de protesta por la situación política que atravesaba su país.

Podio de la marathon

Sohn Kee-Chung – Portador de la Antorcha en Seul-88
CINCUENTA AÑOS DESPUÉS SE ENTREGÓ EL CASCO
Tratándose de una prueba tan legendaria, el gobierno alemán tenía reservada una enorme sorpresa para el ganador de la prueba, entregar al vencedor un casco auténtico de la batalla de Marathón que un arqueologo alemán, Erns Kurtus, había descubierto en la ruinas de la antigua Olympia.
Pero este regalo fue bloqueado por el entrenador japonés por el gesto de desprecio que tuvieron en el podio, de forma que quedó al cuidado del Museo de Berlín.
Transcurrieron 50 años para que el casco fuera entregado a su auténtico dueño y fué depositado definitivamente en el Museo de Seul.
Aún viviría una satisfacción mas, ser el portador de la Antorcha Olímpica en los Juegos de Seul-1988, llegando al Estadio Olímpico con ella. Tras entregar el relevo dijo “Que mas puedo pedir, si mis sueños los he visto realizados”.
Pero esto no era todo, tenía que ver como un compatriota suyo Hwang Young-Cho, ganaba el oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona-1992 y se izaba la bandera de Corea en Montjuich.
Falleció en 2002 a los 90 años de edad y es considerado actualmente como una de las personas mas populares de su país.
EL ATLETISMO FEMENINO ACECHADO POR LAS DUDAS
Se celebraron seis pruebas atléticas femeninas, siguiendo la norma de que solo se disputaran carreras de velocidad.
En la prueba de 100 metros se impuso la estadounidense Helen Stephens con una marca de 11:5 que rebajaba su propio tope mundial, invalidado al dar una medición de viento favorable de 3,5 m/s, venció a la campeona olímpica en Los Angeles-1932, la polaca residente en USA, Stanislawa Walasiewicz con un tiempo de 11:7 y a la alemana Kathe Kraub que ocupó la tercera posición (11:9).
Stephens después de su victoria, fue acusada de ser un hombre y se sometió a un examen médico, que confirmo que era una mujer. Después de los Juegos dejó el atletismo, llegando a ser jugadora profesional de baloncesto.
Todo esto ocurría precisamente ante la polaca que había desatado todo tipo de acusaciones sobre su masculinidad y que en su momento accedió a una revisión ocular.
Walasiewicz, finalmente consiguió la nacional estadounidense y murió a los 69 años a causa de un disparo en un asalto a un supermercado, cuando se hizo la autopsia, descubrió que efectivamente era un hombre.

Helen Stephens y Stanislawa Walasiewicz

Trebisonda «Ondina» Valla – Primera Campeona Olímpica italiana
TREVISONDA VALLA PRIMERA CAMPEONA OLÍMPICA ITALIANA
Los 80 metros vallas, fue la prueba que encumbró a Trebisonda Valla, primera campeona olímpica italiana. Una mujer de 20 años conocida con el sobrenombre de “Ondina” y que en Berlín , en semifinales con una marca de 11:5 rebajó el tope mundial, no homologado por viento (+2,8 m/s).
En la final vencería con un tiempo de 11:7, igualando el récord olímpico, en una de las carreras mas igualadas hasta el momento, ya que a la segunda y tercera clasificada se les adjudicó la misma marca e hizo falta la foto finish, para decidir las posiciones.
A la alemana Ann Steuer se le otorgó la segunda posición en detrimento de la canadiense Elizabeth Taylor que se tuvo que conformar con el bronce.
La italiana Valla, vivió también una situación curiosa en su historia, al sufrir el robo de su medalla en 1978, algo que resolvió en 1984 el entonces presidente de la IAAF, Primo Nebiolo, al entregarle una réplica de la misma.
EN ALTURA VICTORIA HUNGARA Y TRAMPA ALEMANA
En el salto de altura venció en la final la húngara Ibolya Csak con 1.60 metros, misma distancia que la saltada por sus inmediatas seguidoras, la británica Dorothy Tyler-Odam y la alemana Elfriede Kaun que ocuparon la segunda y tercera plaza y cuya clasificación fue decidida por número de intentos.
Esta prueba registró el hecho de que la alemana clasificada en 4ª posición y bajo el nombre de Dora Ratjen, realmente era un hombre que respondía al nombre de Henrich Ratjen.
Esto se descubrió cuando en el Campeonato de Europa de 1938, batió el récord mundial y fue sometida a una prueba que determinó su género.
Confesó que el cambio lo había realizado por ordenes recibidas para poder sustituir a la campeona alemana Gretel Bergmann, que tan solo un mes antes de los Juegos había saltado 1.60 m, y que fue relegada por su origen judio.

Ibolya Csák, Campeona Olímpica en salto de altura

Dora Ratjen, la saltadora alemana que era hombre
LOS LANZAMIENTOS FEMENINOS TAMBIÉN FUERON ALEMANES
La jabalina, tuvo a dos alemanas en los dos primeros puestos del podio, Tilly Fleischer logró la medalla de oro, superando el bronce de Los Angeles-1932, con un lanzamiento de 45,18 que establecía un nuevo récord olímpico y Luise Kruger con 43,29.
Las escoltó en el cajón la polaca Maria Kawasniewska con un tiro de 41,80. No participó la estadounidense Gindele, propietaria del récord mundial con 46,74 m.
Gisela Mauermayer, era la dominadora del lanzamiento de disco, ya que tenía en su poder el récord mundial vigente con 47.12.
El que consiguió en Julio, con una medición de 48.31, no fue reconocido hasta después de los Juegos de Berlín.
Se proclamó Campeona Olímpica con un mejor lanzamiento de 47.63, que supuso nuevo récord olímpico, imponiéndose a la polaca Jadwiga Wajs-Marcinkiewicz (46.22) que superó el bronce conseguido en Los Angeles-1932, siendo la tercera Paula Mollenhauer (39.80)
Ultima victoria estadounidense en la pista de atletismo, la conseguida en la prueba de relevos 4×100 por el cuarteto formado por Harriet Bland, Annette Rogers, Betty Robinson y Helen Stephens con 46:9, mejorando los 47,6 del cuarteto británico y los 47:8 del canadiense.

Medallistas Lanzamiento de jabalina femenino